El mes de agosto de 1137 es cuando se suele situar el nacimiento de la Corona de Aragón. En esta fecha se firman las capitulaciones matrimoniales (que no el matrimonio, que será en fecha posterior) entre el Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, que contaba con unos 23 ó 24 años, y una niña de tan solo un año, Petronila. Ella, había sido enjendrada justamente para eso, para ser heredera del trono de Aragón. Sus padres fueron Ramiro II, monje obligado a abandonar el claustro, y una viuda treintañera, Inés de Poitou. Que el único hijo de ambos fuera una mujer, trajo problemas, como era normal en la época. Era necesario un hombre, y el elegido fue el Conde de Barcelona. Con este matrimonio concertado, tenemos la unión de tierras aragonesas y catalanas, que irán formando, con el tiempo, junto a otras, el Reino de Aragón.
Lo más evidente de todo esto, es que la creación de la Corona de Aragón fue una decisión de una parte muy reducida de la sociedad aragonesa y catalana, fue un pacto entre élites feudales.
Imagen: Retrato de la Reina Petronila y el Conde Ramón Berenguer IV (Francisco Camilo y Andrés Urzanqui, 1634. Óleo sobre lienzo. Museo del Prado
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