viernes, 3 de octubre de 2008

Continuamos


Hoy era el día de Perera. La plaza estaba llenita. Muchos curiosos y muchos "pereristas". Publico festivalero en general. Parece que una encerrona así llama la atención a la gente. Los toros flojos y descastados, noblotes, que iban a los engaños. Pero eso, flojos, muy flojos. Así no se puede. Es desesperante ver esto tarde tras tarde. Encima, sin picar. Hoy, una vez más, la suerte de varas fue un mero trámite. Tras salir del caballo, todos los capotes arriba para evitar que el toro se derrumbe. El primero fue devuelto a los corrales con dos pares de banderillas puestos (algo increíble con el señor Trinidad en el palco). Se corrió turno, y el sobrero, de Fuente Ymbro, salió en último lugar. Este toro, de nombre Comisario, fue el único toro-toro que vimos en toda la tarde. Con casta. Más animales tendríamos que ver así. Fue el único en el que vimos la suerte de varas, al único que se le picó, y además, tres puyazos. Es una pena que este toro fuera estoqueado por el sobresaliente, David Saleri, pues me hubiera encantado haber visto a Perera con Comisario, con el único toro de la corrida.



En cuanto a Perera, tampoco me extenderé demasiado. No me ha gustado demasido. Se le ven cualidades, oficio, pero no ha estado demasiado extraordinario para el compromiso que tenía esta tarde. Lo mejorcito de la tarde, lo vimos en el tercero (Puerto de San Lorenzo), algunos pases con la diestra. En el que cortó una oreja, la de más peso de la corrida, aunque tampoco fue nada excepcional. Del resto de la tarde, poco más. Cogidas y otras dos orejas, en el cuarto y en el quinto, baratillas. Orejas protestadas con fuerza.

Dos entradas a la enfermería, la primera tras matar al segundo. Volvió a salir al ruedo tras media hora en la enfermería. La segunda, tras matar al quinto, que le cogió mientras hacía unos estatuarios. Terminó la faena con un torniquete en la pierna. Recogió la oreja y abandonó el ruedo por la puerta de la enfermería.
Por cierto, algo que no me agradó tampoco nada fue ver al ganadero Ricardo Gallardo, en el callejón, constantemente detrás de David Saleri, indicándole como y donde debía torear. Creo que eso sobra.

En general, decepción. Por el ganado (algo que ya me esperaba) y porque esperaba más de él.
Mañana la corrida de Victorino, a ver que pasa. ¿Será más de lo mismo?

Imagen: Juan Pelegrín (segunda cogida de Perera)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas son mis impresiones de la tarde-noche:

El comienzo de la corrida resultó anodino y en la línea de lo esperado en este tipo de ¿encerronas?. Para encerrona la que le hicieron a Antoñete, en una de sus múltiples despedidas (un Otoño de no recuerdo el año, en el que menudos toros le prepararon como despedida). Bueno, vamos a lo que nos ocupa:

Lo típico, de primeras sale un toro (Pto. SanLorenzo) preciosamente inválido, enfermizo y presuntamente drogado, mostrando una evidente descoordinación de movimientos, un presidente que trata de mantenerlo en el ruedo y unos pocos aficionados que protestan por esa ESTAFA. Se consigue deshacer el entuerto durante el tercio de banderillas y se ordena la salida de cabestros. Un segundo (Valdefresno) y tercer (Cortés), inválidos, por supuesto, al que su presunta visita por las barranquillas les ha hecho un menor efecto y que logran mantenerse en el ruedo. El torero les administra unos cuantos pases despegados y mediocres en plan enfermero y, eso sí, remata a ambos con 2 estoconazos impecables (en todo lo alto). Ambos de premio gordo, de los que muy antiguamente valían por una Oreja. Ahora no, en los tiempos que corren, las orejas se dán por Bajonazos. El mundo al revés, claro.

Durante el estoconazo al toro de Cortés, sufre una cornada en sus partes nobles y ante un gesto de torería que le honra, vuelve al ruedo a continuar la lidia tras una cura de urgencia en la enfermería.

Como soy un malpensado, pensé que claro, Miguel Angel, salía de nuevo ya que los toros que aguardaban en toriles no tenían ni media torta (expresión acuñada por nuestro queridísimo Joaquín Vidal, q.e.p.d.). Poco me equivoqué en mi previsión en cuanto a los toros. No así en cuanto al Torero.

A partir de aquí todo cambió para el bien. Salió un torero valiente, con pundonor, honrado, con ganas y hasta, si me apura, con sentimiento. ¿Que más se puede pedir?. Hombre, pues una mayor preparación para lidiar 6 toros, 6. Que todos lo toros tuvieran la fortaleza del sobrero de Fuente Ymbro, etc etc. Pero bueno, los acontecimientos dejaron esta crítica en algo secundario.

Cuando en el torero torna la honradez y las ganas de trabajar, los pequeños defectos y limitaciones ya no resultan tan graves pues la tauromaquia sale del interior del torero, sin trampa ni cartón. Ya no hay clones, aparece la personalidad que a cada uno nos hace diferentes y, por supuesto, surge la grandeza del toreo (lo que siempre hemos demandado los aficionados). Intuyo que en esos momentos, la mente del torero, apartó la faena esa que suele traer hecha de casa y le hizo lidiar al toro de forma diferente a como hace habitualmente. Eso me sorprendió sobremanera, pues a veces se cruzaba con el toro, se lo pasaba cerca y hasta consiguió dar un par de pases excelentes (bueno, quizás 3, un derechazo, un natural y un pase de pecho).

Claro que hubo imperfecciones en la lidia y que demostró no estar preparado para lidiar 6 toros en solitario, pero quedaron tapadas por el pundonor y la valentía del torero a partir de su salida de la enfermería. Desde mi humilde opinión este es el único día en que Miguel Angel ha mostrado sus ganas de ser torero en Madrid. Ha dejado de lado el convertirse en un clon y en un pegapases cualquiera. Ese es el camino, la honradez y las ganas de trabajar. Para mí, ha ganado créditos. A ver si consigue aumentarlos o al menos, conservarlos. ¡Ánimo TORERO!

Miguel Angel realizó una lidia ¿meritoria? al de Pto de SanLorenzo (flojo) y al de VictorianoDelRio (un poco menos flojo). El borrón gordo de ambas faenas es que las dos, las remató con estocadas caídas y. Con lo cual, antiguamente no se pedían Orejas por ello… pero vamos, de todos es conocido que el nivel de exigencia de las Ventas está a la altura del betún, pues bueno, que las disfrute cocinándolas con judías.

El penúltimo resultó un toro muy bien presentado de Valdefresno (flojo también, hoy en día ya no hace falta recalcarlo) que volvió a recordarle a Miguel Angel lo dura que es esta profesión cuando se intenta realizarla con pureza (de ahí el que casi ningún torero se preste a torear de verdad, claro). Impresionante el pundonor de este chico manteniéndose en el ruedo con esa cornada de impresión que le arreó el Valdefresno durante esos ceñidos pases por alto. Ese arrebato de torería, luchando contra los elementos le valió una oreja que no voy a discutir. Ya se sabe, que con las cogidas, el destoreo y los bajonazos, el público aplaudidor se crece y pide orejas a tutiplén (es la idiosincrasia del ser humano). En lo que alcanza mi vista, diría que la estocada fue impecable también (quizá un pelín desprendida, pero solo un pelín sin importancia)

En resumen, no se vió el toreo de arte, de pitiminí, ese que nos enamora a los aficionados. Se vivió la faceta más dura de la tauromaquia. Las consecuencias de la lidia del toro bravo, cuando se trata de hacerlo sin trampa ni cartón. Eso también reporta emoción a los tendidos, y es igual de grandioso.

La presentación de los Toros resultó impecable. No así su fuerza. Sirvieron, como dicen los taurinos, el de Victoriano y el de Valdefresno. Para describir al resto, los taurinos y juntaletras, usan una palabra que vale para todo. Decir que los toros eran deslucidos.

Remarcar que la clave del éxito, la pone EL TORO, porque sin TORO no hay EMOCIÓN. Desde mi punto de vista, ese TORO resultó ser el de Fuente Ymbro. El cual merece reseña aparte.

Para toro bueno, con fortaleza y encastado el sobrero de Fuente Ymbro. Comisario tomó 3 varas sin inmutarse y se quedó perfecto para la lidia posterior. Una pena que Miguel Angel decidiera correr turno y dejarle para el final. Lidiando un señor toro como ese es como se demuestra si uno va para torero o va para quedarse en el pelotón de los torpes. Una pena que David Saleri fuera incapaz de lidiar a ese torazo (obviamente, no se le puede exigir que pudiera hacerlo). Era un toro de Puerta Grande, de los que hacen afición. Faltaba un torero que “tirase la moneda” y que sea lo que Dios quiera. En fín, que ese toro pedía la grandeza del Toreo Eterno y nadie pudo darle la lidia merecida. Que pena que Miguel Angel no pudiera lidiarlo. Tal y como iba la tarde, a lo mejor estaríamos hablando de algo tan grandioso como la consagración de un torero en la Ventas o de un fiasco monumental, claro

Los detalles de estos percances pueden encontrarse en cualquier periodicucho o página Gueb de esas que todos conocemos. De todos es conocido que este tipo de información es la única que no aparece sesgada. El resto, ya se sabe, al gusto de la mano que dá de comer a los juntaletras.

A pesar de que los hombres de plata brillaron por su ausencia, con actitudes como la de Miguel Angel ayer y con toros de trapío impresionante al estilo del sobrero de Fuente Ymbro, la Fiesta Nacional se transforma en algo EMOCIONANTE y perduraría por los siglos de los siglos, amén.

La receta es bien fácil ¿no?.

Pero claro, si todos los días de temporada, los Toreros tuvieran que realizar esfuerzos como este, y lidiar TOROS de verdad, se acabaría eso de torear 90 corridas al año. Acabarían reventados. Con una Lidiar una decena de festejos, se quedarían más que saturados. Eso sí, las plazas tornarían llenas de aficionados.

ALMA dijo...

Tajmahal, ante todo, perdón por tardar tanto en publicar el comentario, pero es que hasta hoy no lo he podido leer detenidamente.

Gracias por el largo comentario y por aportar tu visión sobre la corrida de Perera. Hay cosas en las que estamos de acuerdo y cosas en las que no del todo.

Pues si, el Fuente Ymbro, fue el único toro que salió al ruedo esa tarde. Una pena por partida doble: porque fue el único toro, cuando siempre estamos defendiendo que NADA TIENE IMPORTANCIA SI NO HAY TORO, y porque fue una pena que lo tuviera que matar el pobre Saleri, que no supo estar con él.

Las orejas, baratillas fueron, por lo menos para mi. Eso si, no puedo discutir que Miguel Ángel le echara valor. El torear después de la cogida del segundo... y además de la fuerte cogida en el quinto, dice bastante de él, de ese gesto y ese valor torero.. pero eso es todo. Una cosa es el valor y otra cosa es la actuación en la plaza. El valor se lo reconozco, pero la actuación en la plaza no me gustó demasiado, no fue nada extraordinario para la tarde que nos tenía que haber dado.

Un saludo