Ayer fue la última novillada hasta el día 28 de septiembre, debido a la celebración del gran toreo de tenis que se hará en la plaza. Hacía tiempo que los aficionados salíamos de la plaza sin poder hablar de nada interesante de la corrida. Ayer pudimos hablar de casta, de peligro, de emoción... ¡Pedazo novillada que vimos ayer por la tarde!
La tarde estuvo muy accidentada. El subalterno Roque de Vega (de la cuadrilla de Valentín Mingo) tuvo que entrar a la enfermería tras salir de un par de banderillas. Y ya no salió. En el segundo novillo, durante el tercio de varas, el novillero Camille Juan también fue zarandeado y mandado a los aires. También entró a la enfermería y no salió. En el tercero, tras dos golpetazos muy fuertes y feos que sufrió Moreno Muñoz durante el primer tercio, siguió en la plaza. Hizo una faena con defectos, pero con ganas. Al entrar a matar otra cornada. Otro que no salió de la enfermería. Cortó una oreja. Ayer el que entraba era para no volver a la arena. Mingo también fue volteado varias veces, pero sin consecuencias mayores.
Con este panorama, el director de lidia Valentín Mingo tuvo que hacer frente a matar toda la novillada (excepto el tercero, que lo mató Moreno Muñoz). Menuda papeleta se le quedó al muchacho. No me quiero ni pensar lo que se le debió pasar por la cabeza. Su primer novillo acabó en los corrales porque no fue capaz de matarlo, al segundo lo mató por la cornada del francés. Se quedaba la cosa en un mano a mano. En el tercero, se quedó él como único espada. Mingo, recibió una oreja en el sexto, no porque desarrollara en él una buena faena, sino por su esfuerzo a lo largo de toda la tarde. A él, como a Moreno Muñoz, se le vieron carencias (a Camille Juan no pudimos verle), pero es que una novillada como la de ayer pone en apuros a cualquiera. Una novillada así no es para chavales que han toreado 6 novilladas la temporada anterior. Hay que estar algo curtidito para enfrentarse a una novillada dura y encastada como la de ayer.
No nos podemos olvidar de hablar de las cuadrillas, que ayer estuvieron de pena. Si se dieran premios a la mala actuación de las cuadrillas, ayer se hubieran llevado todos los premios. Era peor que una capea de pueblo. No creo recordar ningún par de banderillas en el que estuvieran colocados al quite correctamente, incluso en algunos pares, simplemente, es que no había nadie al quite.
Y para terminar, pues los novillos, con casta, lo que hizo que nos divirtiérmos y no pudieramos quitar los ojos de todo lo que pasaba en la plaza... como estaría la tarde de interesante que ni los guiris abandonaron sus localidades. Fueron novillos con casta, con mucho genio en los primeros tercios, pero en la muleta se dejaban, no se llegaban a comer a nadie. Fueron novillos para cortar orejas. Cuando se terminó el festejo los aficionados ovacionamos al gandero por el buen encierro que no había traído... aunque este había abandonado ya la plaza. Ójala pudieramos ver más novilladas/corridas así a lo largo de la temporada. Esto es lo que queremos los aficionados, esta es la fiesta que nos gusta. La fiesta con emoción, la fiesta del toro-toro.
Imágenes:
Horquito, el sexto novillo de la tarde (Juan Pelegrín)
Valentín Mingo, tras matar al sexto novillo. (Juan Pelegrín)
2 comentarios:
Hacía mucho que no me emocionaba tanto como ayer en Las Ventas, eso es una novillada y esto es la fiesta auténtica,ójala que se recuperaran tantos encastes que están a punto de desaparecer por culpa de tanto corructo que hay en el mundo taurino
Cerra, tienes razón. Esta es la fiesta que todos queremos. Yo también hacia tiempo que no me emocionaba y disfrutaba tanto en una plaza.
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