Esta tarde hemos estado en la corida de José Escolar. La corrida estuvo bien presentada; algunos de los ejemplares estuvieron un poco justos de fuerza, pero durante la corrida vimos casta, algo que no suele gustar a los toreros, quizá porque están tan poco acostumbrados a ella, que no saben como hacerle frente.
Rafaelillo, poco decir de él. En su segundo toro, me pasó totalmente inadvertido, y en su primero creo que no terminó de aprovechar lo poco que tenía el flojo animal.
Fernando Robleño, en el quinto, un manso con mucho genio, estuvo totalmente desboradado por el animal. De salida le quitó el capote y a partir de ahí, todo fueron problemas. A lo largo de la faena de muleta, el toro acabó rajándose. No quiero pensar que hubiera sido de Robleño si el toro hubiera seguido toda la faena con el genio del principio, sin rajarse.
Pero sin duda alguna, el perdedor de la tarde fue Sánchez Vara. Se le han ido dos grandes toros de triunfo. En los dos cogió los palos, pero en los dos estuvo mal, poniendolos a toro pasado. En la faena de muleta, estuvo parecido en los dos, siempre mal colocado, fuera de sitio, dando trapazos sin ton ni son e intentando esconder a los toros. No supo ni quiso aprovechar las embestidas nobles de sus dos oponentes, que iban bien por los dos pitones y no le molestaron en ningún momento.
Creo que debería pensar el gran triunfo que ha perdido esta tarde en Madrid con los dos toros de José Esoclar.
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