La Calle del Toro se sitúa en Madrid, junto a la Plaza del Alamillo. Su nombre no se debe a los encierros que en siglos pasados se celebraban en ese barrio, sino que hay varias leyendas en torno a la denominación de esta calle. Una de ellas cuenta que el nombre se debe a que uno de los vecinos colocaba unas asta de toro con el fin de atemorizar a los transeúntes, mediante el bramido del animal.
Cuenta otra de las leyendas que gobernaba en Madrid el moro Aliatar, enamorado de la bella mora Zaida, y para conquistarla organizó unos juegos y festejos en la plaza del Alamillo. Comenzó la fiesta de alancear a un toro. Resultó el astado bravísimo, y cada moro que intentaba clavar su lanza al animal, terminaba volteado y por los suelos.
Apareció un caballero cristiano que quiso probar suerte, y Aliatar se lo permitió pensando que correría la misma suerte que los demás. Pero el caballero alanceó al toro con gran precisión y acabó con la vida del animal. el caballero se desprende del casco y enseña su rostro: era el Cid Campeador.
Tras su victoria, el caballero abandonó la ciudad, pero ya había inflamado el pecho de la bella mora Zaida que, enamorada del cristiano, mandó disecar la cabeza del toro en recuerdo y colocarla en la fachada de su casa (en la actual calle del Toro). Cuentan que cada vez que Zaida suspiraba de amor, el toro mugía…
No hay comentarios:
Publicar un comentario