El domingo, en la novillada de Partido de Resina, me dejó muy buen sabor de boca Miguel Hidalgo. Demostró que estuvo muy por encima de sus compañeros de cartel, de los que nada voy a decir, porque creo que no hicieron nada reseñable.
Por otro lado, la novillada de Partido de Resina, fue preciosa de presentación, incluso el sexto novillo fue ovacionado en su salida, aunque luego fue devuelto a los corrales por su falta de fuerzas. Si, la novillada estuvo justa de fuerza, e incluso algunos también fueron mansotes, tanto que los tres primeros hicieron intentos de saltar las tablas. En la muleta, los novillos, salvo el tercer novillo que fue más soso y más parado que sus hermanos, mostraron nobleza, sobre todo el cuarto y quinto.
Miguel Hidalgo, como digo, se enfrentó al más soso y de menos transmisión de la ganadería titular, que pocas posibilidades le ofreció y en el sexto se enfrentó al sobrero de Hato Blanco, que al principio le lanzó dos derrotes al pecho de los que cortan la respiración. Mostró elegancia y ganas de torear y de gustar. Nos dejó un par de tantas con la derecha con mucho temple, muy despacito. Mató mal, lo que le privó de la oreja, pero aún así dio la vuelta al ruedo.
Me quedo con ganas de volver a ver a este muchacho. Hacía mucho tiempo que no sentía esa sensación de que un novillero se presentara en Madrid y me dejara ese buen sabor de boca... Espero volver a verle.
Imagen: Juan Pelegrín
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