viernes, 8 de febrero de 2008

Jose Luis Figuereo, EL BARRIO

Leyendo, Público, he encontrado esta entrevista-reportaje sobre uno de mis cantantes favoritos: José Luis Figuereo, El Barrio, y no he podido resistirme a ponerla...

El Barrio, ¡paisano!

El gaditano José Luis Figuereo fue el único artista independiente entre los 50 más vendidos en 2007

JESÚS MIGUEL MARCOS - 07/02/2008

El Barrio es José Luis Figuereo, paisano de España. Estornuda y llena un par de pabellones. Galicia, País Vasco, Andalucía, León, Cantabria, Catalunya... El Barrio derriba ideologías a manotazos. A principios de marzo llenará dos días el Palacio de Deportes de Madrid –36.000 personas, oigan ustedes–, pero es que hace un par de semanas hizo lo propio en el Olímpico de Badalona.

“Soy un outsider”, reconoce El Barrio vía telefónica, mientras hace compras en El Corte Inglés de Sevilla. “Soy inaccesible, no me pinchan en las radios ni salgo en las teles, no recojo premios. Lo mío es el boca a boca y el hacer bien las cosas”. El Barrio es un Superman de la música. ¿Quién llamó ridícula a Lois Lane por no descubrir al superhéroe detrás de las gafotas de Clark Kent?

El hombre del sombrero

Con El Barrio, lo crean o no, sucede igual, sólo que con su sombrero. Se pone el sombrero y canta para salvar a sus miles, más, cientos de miles de fans; luego baja del escenario, se quita el sombrero y es nadie. “Me gusta ser así, me puedo permitir el lujo de salir a la calle y que no me reconozcan. Porque vivir con alguien al lado que te da la coña todo el rato es insufrible”, comenta Figuereo. Ojo al dato: de los 50 discos más vendidos en España en 2007 sólo uno, ¡uno!, no pertenecía al conglomerado-aglomerado de las cuatro compañías del apocalipsis –Universal, SonyBMG, Warner y EMI–, y ese disco fue La voz de mi silencio, de El Barrio, editado por discos Senador. No es de extrañar, por tanto, que luego cante eso de: Hoy he sentido al despertarme/ Unos recuerdos muy grandes/ Que me han hecho sentir más hombre/ Que me han hecho sentir más grande. “A mí no me gusta ser un número. Las multinacionales me tentaron, pero yo en Senador estoy muy bien”, confiesa. Su música, hay que reconocer, no tiene mucho misterio: lenguaje callejero y estribillos pegadizos con un sonido que va del rock urbano a la canción fla-menca. Irresistible para las masas. El Barrio lo confirma, “yo hago canciones para que le gusten a la gente”. Con nueve discos a sus espaldas y cientos de miles de copias vendidas, Figuereo ya no necesita dorar la píldora a nadie: “Mi referente como artista es Dios. Ya estoy cansado de nombrar a gente y que ellos nunca me nombren a mí, cuando yo sé que están escuchándome todo el día”. Amén.

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