La suerte de varas es
el eje de la lidia
-Anexo nº 1 del Manifiesto de Aficionados
por una Fiesta Íntegra, Auténtica y Justa-
El punto número dos de nuestro “Manifiesto por una Fiesta Íntegra, Auténtica y Justa” reivindica “la necesidad de una profunda regeneración del espectáculo taurino, en especial de la suerte de varas como medida de la bravura del toro”. Creemos que esta suerte, realizada según mandan los cánones, es fundamental para el desarrollo de la lidia, ya que permite valorar las condiciones del toro y sirve para ahormar su embestida, además de ser uno de los momentos más emocionantes, bellos y espectaculares de la lidia del toro. Pero la suerte de varas, tal como se realiza en la actualidad, ha degenerado en un auténtico despropósito en el que la desidia de los profesionales y la vulneración del reglamento, con el consentimiento de la autoridad, se han convertido en una triste rutina y, más que para ahormar, se utiliza para destruir, en caso de los escasos toros con poder que saltan al ruedo, o se convierte en un simulacro, como es habitual que ocurra ante la falta de poder de la mayoría de los toros.
Por ello queremos desarrollar el segundo punto de nuestro Manifiesto, plantear algunas medidas que puedan ayudar en la regeneración de esta suerte fundamental con el objetivo de que vuelva a tener el protagonismo que nunca debió perder.
Decálogo para la regeneración
de la suerte de varas
1º - La suerte de varas es el eje de la lidia. Tiene dos cometidos; uno, para valorar la bravura, codicia, poder y fuerza del toro, para lo que, al menos, deberá acudir tres veces al caballo; y otro, para ahormar su embestida de cara a los siguientes tercios de la lidia.
2º - La suerte de varas debe realizarse según mandan los cánones. Cuadrando al toro ante su picador, quien debe ofrecer los pechos del caballo y provocar su embestida. Debe de echar el palo por delante y picar en el morrillo del toro antes que este llegue al peto del caballo. Mientras el toro empuja, el varilarguero debe defenderse recargando su peso en la puya, echándose encima del palo y sacando su cuerpo de la montura sin rectificar ni barrenar y midiendo el castigo. En ningún caso debe tapársele la salida al toro, salvo en los casos de manifiesta mansedumbre, con el recurso de la “carioca”.
3º - La importancia del tercio de varas requiere, para su correcta ejecución, de caballos domados y con un peso proporcionado. Las defensas de la anatomía de los mismos deben estar elaboradas, preferiblemente, con material flexible y ligero que no supongan, en cualquier caso, acorazar al caballo y que el toro se estrelle contra un muro. Los caballos deben llevar un ojo destapado para poder orientarse en el ruedo.
4º - La importancia de este primer tercio para el desarrollo posterior de la lidia requiere que matadores, subalternos y picadores, cada uno en la medida de sus responsabilidades, ocupen su sitio, realicen la suerte correctamente, por derecho y sin ventajas, colocando bien al toro, midiendo el castigo y quitándolo en el momento adecuado.
5º - No premiar ninguna faena en la que el toro no haya recibido, al menos, dos puyazos en regla.
6º - No premiar a ningún toro, tanto en el ruedo como con trofeos, que en su lidia no haya recibido más de dos puyazos.
7º - No premiar ninguna corrida en conjunto donde, al menos, tres toros hayan recibido más de dos puyazos.
8º - Siendo conscientes de que para la realización de la suerte de varas correctamente se requiere, además de conocimiento y compromiso, habilidad y precisión: No premiar a ningún picador que falle en el primer encuentro con el toro; ni a los que coloquen la vara fuera del morrillo, por muy bien que haya realizado la suerte; ni a los que barrenen; ni a los que hagan la “carioca” sin necesidad.
9º - Exigir que los responsables del buen desarrollo del espectáculo taurino, como son presidentes, delegados, alguaciles y veterinarios, cumplan con sus obligaciones y no deleguen sus funciones en manos de los taurinos profesionales. Deben actuar con el rigor necesario para que se cumpla el reglamento y la lidia se desarrolle ordenadamente, de manera particular en la suerte de varas.
10º - Denunciar, a través de los medios que tengamos a nuestro alcance; a los picadores que no cumplan con las normas que rigen el primer tercio de la lidia; a los matadores bajo cuyas órdenes actúan y que son, en definitiva, los responsables últimos de su actuación; y a las autoridades que, haciendo dejación de sus funciones, no corrijan, atajen y sancionen las infracciones cometidas.
1 comentario:
eSTE MANIFIESTO ME PARECE MUY BIEN PENSADO Y TRABAJADO, Y ES LO MINIMO QUE UN PROFESIONAL DEL TOREO IMPLIVADO DEBERIA SABER Y REALIZAR, O POR LO MENOS INTENTAR REALIZAR. EL PROBLEMA ES QUE NO ESTAN TODOS LOS QUE SON, NI SON TODOS LOS QUE ESTAN. A BUEN ENTENDEDOR ...
Publicar un comentario