Ayer presenciamos la novillada que abrió la temporada venteña. Fue una tarde que pasó totalmente en blanco, nada realmente resañable. Lo más reseñable fue el frio que pasamos en el tendido. Los novilleros (Nazaré, Carrero y el Payo) pocas posibilidades de lucimiento tuvieron ante los novillos que se enfrentaron. Los novillos, de Juan y Alipio Pérez Tabernero, descastados e inválidos. Al menos la mitad de la corrida debió ser devuelta a corrales (se protestaron con fuerza primero, tercero y quinto). El presidente que hizo que los inválidos se mantuvieran en el ruedo: Julio Martínez.
Por lo menos compartí asiento con Javier, aunque yo ayer no era la mejor compañía. Lo dicho, compartimos frio y aburrimiento
Otra cosa, el inicio empezó mal. La novillada comenzó con algún minuto de retraso, porque en el palco no había.... PAÑUELOS. Si, aunque suene increíble es verdad. Igualmente faltaba el tapiz que adorna el palco presidencial, que se colocó mientras se hacía el paseíllo. Ahora que lo pienso... quizá no sacaron el pañuelo verde porque no lo tenían, quizá sólo consiguieron uno blanco, que sirve para casi todo, (menos mal que esta vez no fue para dar orejas!!!!) ... o quizá es que el bueno de Julio no quiso devolver ningún toro por no hacernos pasar más frio... que gran gesto, Julio ¿le tenemos que dar las gracias por eso?
Foto: Juan Pelegrín
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