Ramón Casas (1866-1932) pintó y expuso en 1884 la obra La corrida de toros. Fue una obra que no gustó demasiado a la crítica contemporánea, pues la consideraron como un boceto, como una obra inacabada, y por lo tanto, no tenía la categoría para ser expuesta.
Ramón Casas nos muestra la arena de la plaza y gran parte del tendido de sol, con el cielo profundo y nítido en la parte superior. En toda la obra encontramos una gran iluminación.
En la obra tendríamos dos zonas: la zona del tendido y la zona del albero. Entre ambas se ve una gran diferencia, pues en una de ellas nos encontramos la arena sobre la que sólo tenemos las figuras del toro, caballos, toreros y sulbalternos, que son figuras más o menos dibujadas y bien contorneadas, y en la otra zona tenemos a la multitud abocetada que llena los tendidos, personajes anónimos, que están creados principalmente a base de manchas de color.
También podemos observar como en el cuadro, en la arena principalmente reina la sensación de quietud, como si el mundo se hubiera parado, esperando la acometida del toro (salvo por el arenero), y en el tendido, tanta pincelada abocetada nos da más sensación de movimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario