miércoles, 16 de abril de 2008

Goya y sus ideas



Los sucesos del 2 de mayo de 1808 y los que se produjeron posteriormente en otras ciudades españolas fue, podemos decir, una reacción popular de rabia contra los ocupantes franceses, pero también en contra de las autoridades que estaban paradas, sin tomar decisiones, esperando instrucciones desde Bayona. En Bayona, a finales de abril y primeros de mayo, los dos monarcas protagonizaron ante Napoleón uno de los sucesos más vergonzosos e ignominiosos de la Historia de España. Después de pelearse de la forma más innoble por el trono ante Napoleón, le regalaron el reino y se sometieron a su decisión. Y mientras, los españoles creían que sus reyes eran presos del francés y desconocían lo realmente acontecido. El 10 de mayo de 1808 José Bonaparte, hermano del Emperador, era designado por éste rey de España.

Con todos estos hechos relacionados con la Guerra, se crearon dos bandos: los afrancesados y los patriotas. En la clase intelectual, muchos de ellos amigos de Goya, tomaron distintas posturas. Unos aceptaron la nueva situación y se convirtieron en los llamados afrancesados. Entre algunos de los intelectuales que se metieron en este grupo tenemos a Moratín, Meléndez Valdés, Urquijo o el Marqués de San Adrián.

Otros de estos intelectuales, se pusieron en contra de los hechos acontecidos y se pusieron de parte de los sublevados. Era el grupo denominado de los patriotas.

Goya había ido asumiendo unas ideas ilustradas desde la década de los años 80 en contacto con esos amigos, admiraba buena parte de los logros que la Francia postrevolucionaria había conseguido, amaba la libertad y no aguantaba los privilegios de la sociedad española del Antiguo Régimen.

La admiración que debía sentir por los franceses y sus logros se desvanecieron bien pronto, al ver como los ejércitos franceses, en vez de traer nuevos aires de libertad imponían la opresión y sembraban la destrucción a su paso. Antes habían merecido su admiración y ahora eran como sus grandes enemigos, y los debió llegar a ver como saqueadores, violadores y asesinos. Pero Goya, no solo debió repudiar la violencia de los ejércitos franceses, sino también de las guerrilleros españoles.

Se ha hablado y escrito mucho sobre por cual de los dos bandos tomó partido el pintor. Aunque muchos de los investigadores suelen colocar a Goya más cercano a las ideas francesas y muchos han afirmado que Goya era un reformista como habían sido otros de sus amigos, como pueden ser los casos de Zapater y Goicoechea, o Jovellanos y Moratín.

Sin meterse demasiado en esta disputa, lo que tenemos que tener muy claro es que perteneciera a uno u otro bando, Goya sentía un rechazo hacia la Guerra, producida por ambos bandos. Podemos decir que se sentía identificado con el espíritu reformista de los afrancesados, pero como otros intelectuales españoles, no admitía que los franceses impusieran por la fuerza sus ideales. La guerra supondrá el fin de todas las esperanzas de ese mundo mejor que habían defendido los ilustrados, con los que Goya se sintió más identificado.

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